RESUMEN: Luego de un período juvenil de escepticismo religioso, Einstein manifestó experimentar una profunda religiosidad que lo habría de acompañar durante el resto de su vida. Sin embargo, este sentimiento en modo alguno significaba para él la adhesión a alguna religión institucionalizada. Creía en un Dios muy particular, que se expresa en la armonía, la legalidad y la racionalidad del universo. Einstein identificó este Dios con el del filósofo Baruj Spinoza, el cual "se revela en la ordenada armonía de lo que existe", y no con un Creador que se interese por el destino y por los actos de los seres humanos. Algunas de sus concepciones acerca de la física se fundaban en su creencia de que las especulaciones científicas provienen de un profundo sentimiento religioso; sin él, no serían posibles la ciencia y el arte. Por otra parte, como Spinoza, afirmaba que todos los acontecimientos de la naturaleza acontecen de acuerdo con leyes inmutables y deterministas, lo cual le impidió aceptar la interpretación ortodoxa de la mecánica cuántica.
Se agradece al Prof. Guillermo Boido el obsequio de un ejemplar de su libro "Noticias del Planeta Tierra: Galileo Galilei y la revolución científica". Este ejemplar está disponible en la biblioteca del Centro Atómico Constituyentes.