En este capítulo se tratarán los diferentes aspectos que hacen a la calidad del aire, particularmente en lo que atañe al efecto directo de los contaminantes emitidos. Sin embargo, a fin de situar el problema en un contexto más general se hará referencia a otros problemas que trascienden de este marco. En la Tabla 1 se resumen las principales consecuencias resultantes y su alcance geográfico. Si bien el ruido es también un factor de riesgo considerable en el Área Metropolitana de Buenos Aires no se hará referencia a determinaciones de esta naturaleza en el presente trabajo, ya que el énfasis será puesto en la contaminación química. Por otra parte, el marco regulatorio existente es muy completo en lo que atañe a ruido, mientras que en el rubro de los contaminantes gaseosos y particulados la situación dista considerablemente de ser la ideal. Según un informe producido por el Banco Mundial (World Bank, 1995) “resta mucho por hacer para determinar el estado de contaminación de la atmósfera de las grandes ciudades de la Argentina y, mientras no se demuestre lo contrario, la situación debe considerarse con preocupación. El AMBA, donde habita la tercera parte de la población del país y se concentra una gran cantidad de industrias cuyas emisiones son poco conocidas, es un fuerte emisor de contaminantes. En particular, el tránsito vehicular genera diariamente varios miles de toneladas de gases y partículas que se incorporan a la atmósfera”. La limitada información existente permite inferir que los niveles de contaminación no son tan dramáticos en el AMBA como en otras urbes latinoamericanas, aunque la situación es seria en muchos aspectos. De hecho, el individuo que trabaja o circula por áreas altamente congestionadas o en zonas industriales recibe el impacto directo de los tóxicos emitidos, mientras que la dispersión de los contaminantes extiende su efecto a zonas en las que las emisiones son limitadas. Aunque existen múltiples tipos de fuentes de emisión de contaminantes atmosféricos, los principales contaminantes que se emiten a la atmósfera en los centros urbanos son derivados de los procesos de combustión en los vehículos automotores y motores estacionarios, la calefacción doméstica e industrial, las centrales termoeléctricas y la incineración de residuos. En la Tabla 2 se agrupan las fuentes según su tipo e impacto. El AMBA, con una población de alrededor de 12.000.000 de habitantes, es una de las tres megaciudades de América del Sur junto a San Pablo y Río de Janeiro. Cubre un área cercana a los 700 km² y está conformada por la Capital Federal y 19 partidos del Gran Buenos Aires. El conocimiento de la situación en cuanto a calidad de aire es escaso. La razón de que Buenos Aires, en comparación con las ciudades de Santiago de Chile y San Pablo, tenga muy poca tradición en el manejo de la calidad del aire reside en que la ciudad goza de condiciones topográficas y meteorológicas más favorables. Aunque las emisiones son seguramente mucho más importantes que en Santiago de Chile, los vientos, el mayor caudal de precipitaciones y la ausencia de largos períodos de calma hacen que la contaminación del aire posea menor relevancia pública que en Santiago (Gidhagen, 1997). No obstante ello, el conocimiento del estado de la atmósfera de Buenos Aires, la determinación de los principales factores de riesgo y la adopción de las medidas de control necesarias son asuntos de considerable importancia para el bienestar de la población y forman parte de los antecedentes que deben conocerse para poder efectuar una planificación adecuada del entorno urbano. Sólo una acción sistemática y extendida permitirá lograr un diagnóstico claro y abarcativo de la situación.